fbpx

Dime dónde trabajas y te diré qué tan productivo eres

Andrés Nieto

18 Mayo 2021

¡Hola!

La pandemia y el teletrabajo…en la mayoría de casos, como el mío, no hicieron las cosas muy fáciles que digamos.

El dilema es complejo por decir lo menos: cómo trabajar concentradamente y eficientemente cuando tienes que atender, al mismo tiempo, a tus hijos, tu emprendimiento y hacer el almuerzo los días que toca.

El problema se agrava porque para ser más productivo o aprender una nueva habilidad eficientemente, necesitamos concentrarnos.

Ya de por sí, aprender cómo adultos , peor si no podemos poner toda nuestra atención en una sola actividad.

Pero para comenzar a cambiar la situación es muy importante saber en qué condiciones trabajas mejor y eres más productivo.

Y para eso es muy importante tener un cierto grado de auto-observación, para que puedas distinguir qué afecta tu concentración en diferentes circunstancias.


Por qué no es recomendable trabajar en la sala de tu casa

El dilema es fuerte, ahora tenemos que trabajar o estudiar en ambientes caóticos. Y es más complicado aún si vemos todas las cosas que pasan hoy en día en el mundo.

En mi caso, tengo una intuición lejana de que debería hacer algo con los gritos de mis hijos en el fondo…

La cuestión es que la investigación nos dice que el entorno de trabajo influencia nuestro desempeño.

Cuando nos influencia positivamente, solemos estar más motivados, más concentrados y tenemos un mejor desempeño.

En cambio, en ambientes poco estructurados tendemos a tener malos resultados.

Por si fuera poco, los factores que influencian ese entorno son detalles como:

  • la comodidad del lugar donde trabajas,
  • el tipo de luz,
  • cuanto sonido hay a tu alrededor,
  • el desorden
  • y hasta el color de las paredes…

Ahora sabrás de qué color pintar tu estudio (amarillo 😉) en la próxima remodelación de tu casa…

El eslabón perdido: la auto-observación

Cuando trabajas en un ambiente caótico, es muy fácil saltar directamente a conclusiones sobre qué debes hacer para mejorar tu productividad.

Por ejemplo, cuando mi gata se la pasa caminando de aquí para allá justo en mi escritorio, enseguida me entran ganas de sacarla de la casa 🤪.

Pero es una conclusión muy rápida…los gatos por lo general desestresan, y la razón es que me siento ansioso por alguna otra situación…

Por eso es tan importante observar. Cuando observas sin juzgar, tus acciones, emociones y pensamientos, te das la posibilidad de cambiar.

La ciencia nos dice que las personas que practican auto-observación suelen:

  • Ser más creativas
  • Tienen más confianza
  • Toman mejores decisiones.
  • Tienen relaciones más fuertes.
  • Tienden a mentir, engañar o robar menos.
  • Tienen más satisfacción en el trabajo.

Para Tasha Eurich, puedes desarrollar esta habilidad siguiendo este pequeño consejo:

Primero, no te preguntes: ¿Por qué trabajo mejor en ese contexto?

Más bien pregúntate: ¿Qué pasó esa vez que me concentré tanto?¿Dónde estaba sentado?¿Estaba escuchando música, tomando café?

Al preguntarte Por qué, crees que estás seguro de tu respuesta, y no tomas en cuenta que muchas de tus acciones son inconscientes y emocionales. Además, creas pensamientos e inseguridades sobre tu comportamiento.

En cambio, si te preguntas Qué, tiendes a tener una respuesta más objetiva sobre la situación y buscas soluciones.

Este pequeño tip me ha ayudado a tener una mirada diferente sobre mis acciones. Realmente te aconsejo que lo intentes.

Un consejo muy útil: observa y adapta

Como ves, es muy importante observar tus acciones, porque para hacer un cambio en el contexto en el que trabajas primero debes ser un buen observador.

Siempre va a haber fricción entre los estímulos externos y nuestro estado interno, y eso puede llevar a más distracción, del estilo:

caption for image

El objetivo es llegar a un punto de equilibrio donde ninguno de los dos evite que podamos concentrarnos.

Para llegar a este equilibrio necesitamos de auto-observación, ya que a través de él podemos observar:

  • Nuestro estado interno, físico y emocional. Por ejemplo:

“Estoy un poco acelerado y ansioso hoy en la mañana”

  • y el efecto que causan los estímulos externos en nosotros:

“Los gritos de mis hijos me obligan a ponerme audífonos y escuchar música tranquila para concentrarme”.

La recomendación más importante es:

Trata de observar qué pasó en un buen día de trabajo: qué causó ese flujo de concentración, cómo era el balance de tu atención entre elementos internos y externos, que tan calmado y alerta estabas.

Desarrollando esta habilidad, podrás regular paulatinamente tu ambiente de trabajo.

Así que sin más, ahora que estás armado con algunos consejos, intenta observar cuándo y cómo te concentras más, e intenta repetirlo en tus próximas sesiones de trabajo.

La productividad y un aprendizaje profundo llegan con toda la atención que puedas ponerle a tus tareas, esa es una conclusión científica y un principio muy importante de esta Newsletter.

Gracias por leer esta edición de la Newsletter.

¡Nos vemos pronto!