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Desearía haber aprendido esto antes…

Andrés Nieto

Tiempo de lectura: 7 minutos

Propósito de vida

Productividad lenta – Lección 3 de 3

 

¡Hola de nuevo!

Bienvenido la tercera entrega de este curso gratuito Productividad lenta, Lo que hasta ahora nadie te contó sobre cómo ser más eficiente pero manteniendo tu salud mental.

Hoy veremos la forma correcta de utilizar un sistema de productividad que realmente te sirva a ti y a tus necesidades, y en el que no tengas que pasar un mes tratando de entender cómo funciona.

Soy Andrés, coach de productividad, consultor Notion, y fundador de Giro, mi pequeño lugar en internet dónde comparto todo lo que aprendo de productividad personal y segundo cerebro. Así que si estás buscando cómo ser más productivo, estoy seguro que te encantará esta entrega.

 

El sendero accidentado de la productividad

 

El mundo de la productividad personal parece pequeño si se lo mira desde afuera, pero no lo es. Una vez que te metes dentro, encuentras mil y una técnicas milagrosas para convertirte en un dios de la eficiencia.

Pero hay que decirlo de una vez por todas:

Para ser más eficiente no necesitas recetas mágicas de productividad que solo pueden implementar ingenieros industriales con dos doctorados.

No lo necesitas porque ninguna receta mágica se ajusta a tí y a tus necesidades.

En uno de mis peores momentos productivos, estaba tan desesperado y sumergido en tareas, que busqué en Google algún milagro, y caí en uno de los sistemas más famosos que hay en el mercado: el sistema GTD (Getting Things Done por sus siglas en inglés).

Y lo primero que hice fue consumir toda la información que encontraba.

Pero he ahí el problema: me encontré con tanta información que por poco me dió otro ataque de pánico (el primero fue cuando llegué el lunes al trabajo y tenía 125 correos no leídos, todos urgentes).

Entre otras cosas puedes encontrar: un libro oficial, varios libros no oficiales, muchos artículos de blog, videos de Youtube, cursos pagados, coaching personalizado y comunidades. Todos hablando sobre cómo aplicar un sistema de productividad, solo uno.

Y obviamente parecía que entenderlo me iba a tomar no menos de 2 meses, y para aplicarlo tenía que volver a la universidad.

 

El asunto es que estos sistemas de productividad son principios y no recetas mágicas que lo solucionarán todo.

Pero entonces ¿Cómo aplicas un sistema de productividad sin pasarte meses tratando de entender de qué se trata?

Pues antes de responder a esa pregunta es importante que entiendas por qué complicamos demasiado las cosas.

 

Pensamiento Ilusorio

 

Cuando nos aferramos a las recetas mágicas de la productividad, caemos en una tendencia humana muy particular: el pensamiento ilusorio (o “wishful thinking” en inglés).

¿Qué es?

Es cuando te topas con un sistema de productividad que promete maravillas, y lo primero que piensas es en lo agradable y hermosa que sería la vida si todo tu sistema productivo avanzaría solo, sin ningún esfuerzo de tu parte.

En esos momentos caemos en ciclos de fantasía, donde pasamos mucho tiempo imaginándonos resultados increíbles pero sin ningún contraste con lo que estamos viviendo en el día a día, con una reflexión racional sobre nuestra situación.

Obviamente llega el día en que sí o sí, nos enfrentamos a la realidad y nos frustramos, lo que puede tener un impacto fuerte en nuestra salud mental.

 

Gurú Style

Y la segunda razón por la que no logramos implementarlos de la forma correcta, es una causa que no depende de ti.

Me explico.

Muchos de estos sistemas los desarrolla algún tipo de «gurú» de la productividad y utilizan el “gurú style”:

Se presentan como la persona que ya lo logró todo, viaja por el mundo y toma cócteles en playas de arena blanca.

Te presentan una imagen del “éxito” y abren esa posibilidad de que tú también puedas estar ahí.

¿Cómo?

Pues solo necesitas su método que te promete resultados irreales, del estilo:

“Con este método serás 100 veces más productivo, serás una persona diferente, pero, para que funcione, tienes que levantarte todos los días a las 4am”, y que además cuesta una millonada.

Si no lo aprovechas, serás un fracasado por el resto de los días porque procrastinas, no te levantas temprano y no sacas tu emprendimiento de la noche a la mañana. Y por cierto, nunca toman en cuenta a las personas “normales”, que tienen trabajo, hijos y deudas….

El problema es que al mostrarse como la única solución, justificada solo a través de su experiencia personal, es una gran señal de que algo no va bien.

Primero, porque la experiencia personal es eso, personal, no quiere decir que funcionará con otra persona.

Y cuando lo implementas y no logras ser más productivo, pues te dicen que es tu culpa, no la del sistema.

Es parecido a la moda: el vestido está bien, el problema es que no te queda bien a ti.

Y ahí es cuando viene toda la ola de culpabilidad y baja autoestima.

Y de nuevo, me pasó a mí durante el tiempo que intentaba aplicar el sistema GTD con la ayuda de algún gurú de medio pelo (por cierto, no era David Allen, el creador del sistema, al que sí le tengo mucho respeto).

Intenté desesperadamente seguir todos los pasos que había que implementar pero al final no me funcionó, seguía atascado con mis tareas.

Y fue ahí cuando me sentí aún peor que cuando comencé…Porque a pesar de aplicar un sistema de productividad, no lograba ser más productivo, seguía procrastinando, por lo tanto la culpa tenía que ser mía.

 

Un momento de inspiración

 

Pero ahí es dónde tuve que cambiar el chip, porque me di cuenta que no hay soluciones mágicas, no existen promesas de cambio instantáneas y fáciles de aplicar.

Lo que existen son soluciones que funcionen para ti y para nadie más.

¿Y cómo sé qué solución funciona para mi?

Para eso tenía que hacer algo que casi nunca hacía pero que estaba al alcance de mi mano:

Cerrar los ojos y ver hacia el interior, observar objetivamente mis acciones y solo a partir de ahí implementar mejoras, adaptarlo a mi situación personal.

En pocas palabras desarrollar consciencia de mi mismo.

Para Anne-Laure Le Cunff, debemos convertir esta voluntad de productividad y eficiencia, en una oportunidad para crear un sistema consciente.

¿Qué significa?

Que lo más importante en tu sistema de productividad es ayudarte a conocer profundamente tus debilidades y fortalezas, ayudarte a observar tus emociones y acciones e identificar los cuellos de botella en tu sistema.

Y solo a partir de ahí, hacer ajustes, cambiar hábitos, crear un sistema personal que apoye tus esfuerzos.

Totalmente diferente a lo que experimenté en mi aventura con el GTD.

En esa época, intentaba aplicar ciegamente los consejos sin ni siquiera pensar si realmente me funcionaban, sin reflexionar sobre mis puntos fuertes y débiles. Solo seguía las recetas de alguien más. No era de extrañarse que me iba a topar con una pared en algún momento de la implementación.

Esta idea también la puedes encontrar en la teoría de la autorregulación del aprendizaje.

Esta famosa teoría educativa nos dice que los estudiantes exitosos, no son los más inteligentes o los que aplican cierta técnica milagrosa, son los que continuamente aplican este ciclo:

1. Observan sus acciones y monitorean su desempeño.
2. Se plantean objetivos y hacen una planificación para alcanzarlos.
3. Implementan su estrategia, pero observan detenidamente cómo les va.
4. Observan sus resultados y solo a partir de ellos hacen ajustes a su sistema.

¿Ves? No necesitan a ningún gurú con fórmulas mágicas que les diga exactamente qué deben hacer, solo necesitan observar sus desempeño e implementar mejoras, y un mentor que les ayude en el proceso.

Porque al final de cuentas, tú tienes que implementar esos sistemas, nadie más que tú.

Y por eso, cuando implementas cualquier consejo de productividad conscientemente, todo cambia. Porque cuando estás más atento a lo que pasa en tu interior, a tus debilidades y fortalezas, a los cuellos de botella en tu sistema:

  • Tienes más confianza en ti mismo para aplicar cualquier consejo sabiendo que, pase lo que pase, serás capaz de cambiar el rumbo si es necesario.
  • Puedes resolver cualquier problema más fácilmente porque al reflexionar sobre tus errores y aciertos tienes más herramientas para lidiar con el problema del momento.
  • Mejoras tu salud mental porque al observar tus emociones, sobre todo las más desagradables como el estrés y la ansiedad, puedes estar preparado para reconocer esos momentos e implementar estrategias para no caer ante ellas.
  • Mejora tu planificación, porque al observar tus aciertos y tus errores puedes hacer más de lo que está bien y menos de lo que no hiciste tan bien.
  • Así es como se construye un verdadero sistema de productividad personal ????.

 

¿Cómo desarrollas consciencia de ti mismo?

 

Pues, entre las técnicas que te puedo recomendar están la consciencia plena (mindfulness) y llevar un diario:

1. Mi preferida es la consciencia plena porque la he venido practicando por más de 7 años y sus beneficios han sido demostrados por varias investigaciones. Es una práctica que te ayuda a llevar tu atención a tus estados internos (pensamientos, emociones) y externos (cosas que pasen a tu alrededor), y tener consciencia de ellos, sin juzgarlos.

Por ejemplo, en el zen se utiliza la respiración para regresar tu atención al presente y observar tus pensamientos y emociones del momento.

2. Y otra técnica que te puede ayudar es llevar un diario. Escribir te ayuda a clarificar tus pensamientos, pero también tus emociones, y eso es algo muy valioso.

En mi caso, no llevo un diario, pero en mi revisión diaria hago una reflexión corta sobre lo que me fue bien y lo que no me fue bien, y eso me ayuda a planificar mejor.

Pero debes tomar en cuenta que para desarrollarla, necesitas tiempo y dedicación. ​Es más una cuestión de mentalidad y de aprendizaje constante.

Así que inténtalo, porque desarrollar una productividad consciente te ayuda de verdad a definir tus prioridades, a ser más autónomo y a ser más productivo.

 

¡Eso fue todo en este curso gratuito! Te agradezco mucho por tu tiempo y espero que implementes los consejos que compartí contigo.

Y no lo olvides, tienes el potencial de hacer esos cambios para ser más productivo pero manteniendo la calma, sin enredos, sin desenfreno, haciendo menos pero mejor!

Y si quieres llevar tu sistema de productividad al siguiente nivel, con bases sólidas y comprobadas, en un próximo correo electrónico te contaré sobre una oferta que tengo para ti.

¡Nos vemos pronto!

 

Andrés – Giro Coaching