¿Naciste con el don de la productividad?
¿Podemos finalmente ser realistas sobre esto?
Tiempo de lectura: 7 minutos
Productividad lenta – Lección 1 de 3
¡Hola que tal!
Bienvenido a la primera entrega de este curso gratuito Productividad lenta. Lo que hasta ahora nadie te contó sobre cómo ser más eficiente pero manteniendo tu salud mental.
En esta primera entrega veremos una de las principales razones por las que no logras ser más productivo. Y lo bueno es que es algo que no depende de soluciones mágicas, de algún gurú que te promete milagros, solo depende de ti.
Soy Andrés, coach de productividad y consultor Notion y me alegra mucho que pusieras tu correo en ese pequeño rectángulo. Sabes, no es poca cosa, significa que estás dispuesto a hacer cambios en tu día a día y eso es un primer gran paso.
Pero antes de empezar con lo bueno, quisiera contarte una historia que me impactó mucho cuando la leí hace más de 10 años.
De niños y rompecabezas
A comienzos del siglo 21, la Dra. Carol Dweck (por cierto una de mis «ídolos» personales) en su investigación sobre la inteligencia, diseñó un experimento que buscaba saber cómo los niños manejaban el fracaso.
Y cuando digo fracaso, me refiero a esos momentos en los que estás ejecutando una tarea, te sale mal, pierdes horas de valioso tiempo y te quedas con esa sensación de frustración (que a nadie le gusta) y quieres salir corriendo.
Y para eso, la Dra. Dweck llamó a un grupo de niños, y uno por uno, los puso a resolver una serie de rompecabezas, del más fácil al más difícil.
La reacción más común entre los niños fue la que todos nos esperaríamos:
Mientras más difícil se hacía el rompecabezas más incomodidad les causaba. Hasta que por último lo abandonaban diciendo: «Es que es muy difícil para mí, no puedo hacerlo.»
Pero de entre todos esos niños, hubieron dos que salieron del molde con esta respuesta:
«¡Me encantan los desafíos! Por favor, dame uno más difícil.»
La Dra. Dweck, obviamente, se hizo la misma pregunta que tu y yo nos estamos haciendo ahora:
¿Por qué hay tanta diferencia entre los niños?¿Por qué el uno renuncia y el otro quiere más desafíos?
Y la respuesta fue la siguiente: unos desarrollan una mentalidad fija y otros una mentalidad de crecimiento.
Los niños con mentalidad fija, creen que su habilidades, aptitudes e inteligencia están talladas en piedra. Eso quiere decir que si no puedes resolver un rompecabezas es porque no eres lo suficientemente bueno y nada lo puede cambiar.
Con esta mentalidad es obvio que renuncies frente a las dificultades y problemas, porque el error te define como persona: si no lo puedes hacer ahora, no podrás hacerlo en el futuro.
En cambio, los niños con mentalidad de crecimiento, creen firmemente que las habilidades y aptitudes se pueden desarrollar con dedicación y esfuerzo. Y sobre todo que los problemas y fracasos no te definen irremediablemente como persona, sino que te ayudan a mejorar y aprender.
Una gran diferencia ¿no lo crees?
¡No puedo ser productivo! ????
Ahora, te preguntarás ¿Qué tiene que ver esta historia sobre niños, rompecabezas, y la productividad personal?
Pues que he escuchado muchas veces a mis clientes decir: «Es que yo no soy, así, no tengo el «gen» de la organización y la productividad. Es muy difícil cambiar»
¿No te suena parecido?
Hay una idea que corre por ahí, que nos hace pensar de forma casi inconsciente, que para ser eficientes, disciplinados y productivos debemos haber nacido con el «talento» de la organización.
Hay personas que son eficientes y organizadas naturalmente, sin esfuerzo, y otras que no lo son, así de simple…pero triste.
Y mi historia es por así decirlo reveladora sobre esta forma de ver las cosas.
Yo nunca fui organizado en el colegio y la universidad, casi nunca apliqué estrategias de productividad. Estaba a un paso de ser un procrastinador crónico.
Ni siquiera se me pasaba por la cabeza organizar mis tareas, aplicar algún sistema de productividad, ni siquiera sabía qué era un sistema de productividad. Simplemente decía: «Es que no soy así, no puedo organizarme».
Y cuando aplicaba, por casualidad alguna estrategia productiva y no me iba bien, pues regresaba todo el tiempo al mismo discurso: «Es que no soy así, para qué volver a intentarlo.»
No quiero sonar tan trágico (de hecho hay cosas mucho más trágicas en la vida), pero ya sabes, de esos momentos en los que estás frente a un desafío (en este caso mi desafío era ser más productivo), y lo único que veía frente a mí era oscuridad y fracaso. Y ni siquiera me imaginaba la posibilidad de salir porque pensaba que era así, que no podía cambiar.
Típico de una mentalidad fija…exactamente como los niños y los rompecabezas.
Una mentalidad productiva
Ahora exploremos la otra cara de la moneda:
Todo cambia cuando estás convencido de que puedes ser más productivo con dedicación, aceptando las dificultades y aprendiendo poco a poco.
Los «genios» de la productividad no son más productivos porque la gracia divina de la productividad cayó sobre ellos.
Son productivos porque es una habilidad que desarrollaron en algún momento, es decir que se esforzaron, aprendieron de los errores y fueron constantes.
Hace un tiempo, una cliente me contaba que admiraba mucho a su pareja por ser tan disciplinado: todas las noches leía una hora antes de dormir, algo que ella nunca hacía.
Así que le aconsejé que le haga esta pregunta: «¿Fuiste siempre así o te esforzaste para desarrollar el hábito de la lectura?»
Y su respuesta fue muy interesante.
Le dijo que no, que no siempre fue así, que tuvo que esforzarse y trabajar un poco cada día para ser más disciplinado y hacer algo que le gustaba.
Pero la diferencia entre la una persona y la otra, no es una cualidad innata, es una cuestión de actitud, de mentalidad, de lo que crees sobre tí mismo.
¿Piensas que por más que lo intentes nunca podrás ser productivo y cumplir tus metas porque eres así?
o
¿Cultivas la creencia de que puedes cambiar, que puedes alcanzar poco a poco tus metas con dedicación y esfuerzo?
La diferencia puede no parecer muy grande, pero según los hallazgos de la Dra. Dweck y su equipo de investigación en Standford, es la diferencia más importante entre una persona y otra.
Un ejemplo: En una investigación, la Dra. Dweck encontró que al dar un módulo de siete sesiones a estudiantes de quince años con este mensaje:
«El aprendizaje puede cambiar el cerebro, haciendo nuevas conexiones y tú, como estudiante, puedes tomar el control de ese proceso»
provocó motivación y tuvo un impacto muy positivo en sus notas. Y toma en cuenta que fueron solo 7 sesiones, nada más…
Hay muchas muchas otras investigaciones al respecto…(no las he leído todas pero sí una buena parte…????)
Y eso es una gran noticia, porque significa que el cambio está dentro tuyo, solo debes cambiar tu relación con la productividad personal.
Porque ser productivo debe pasar de ese objetivo casi inalcanzable ➡️ a un hábito que haces todos los días, incluso si eso significa cometer errores y fracasar de vez en cuando.
En mi caso, ese cambio de mentalidad significó que poco a poco, fui incorporando pequeñas mejoras en mi día a día para ser más productivo, dejar de lado la procrastinación y ser más disciplinado con mis objetivos.
Hubieron días y semanas duras, pero es lo mágico de la mentalidad de crecimiento porque cada error o fracaso se convierte en una oportunidad para aprender algo nuevo y mejorar.
Y por eso es tan importante desarrollar una mentalidad de crecimiento, porque cuando la desarrollas:
- Solo necesitas una nueva actitud, creer en ti mismo, y eso está al alcance de tu mano.
- Eres capaz de implementar cambios, pequeños pero constantes, porque lo más importante es el camino que la meta.
- Te abres a nuevas oportunidades de mejora porque sabes que los fracasos solo son parte del camino.
¿Cómo desarrollas una mentalidad de crecimiento?
Ahora, según la Dra. Dweck, todos podemos desarrollar una mentalidad de crecimiento, y para eso nos aconseja seguir estos cuatro pasos:
Paso 1: Escucha tu voz “fija”:
Aprende a escuchar los mensajes que te das a ti mismo, como por ejemplo: “¡Qué tarea tan difícil! ¿Por qué mejor no hago otra cosa en la que si sea bueno?”.
Paso 2: Reconoce que tienes una elección:
De ti depende cómo reaccionas ante las dificultades o contratiempos. Puedes renunciar, pero también tienes la posibilidad de seguir intentándolo.
Paso 3: Respóndele a tu mentalidad fija con una voz de “crecimiento”:
Si tu voz interior fija te dice: “Abandona, ¡esto es muy difícil!” pues responde con una voz de crecimiento: “Si no lo intento, estaré fracasando automáticamente.”
Paso 4: Actúa con tu mentalidad de crecimiento:
Acepta los desafíos, las dificultades y enfréntate a la incomodidad.
Ahora estoy seguro que estás diciendo: «Perfecto Andrés, te entiendo, pero la mayor parte del tiempo caigo en el círculo vicioso de la procrastinación y me la paso estresado y ansioso tratando de terminar mis tareas al último minuto«.
No worries, ese es el tema del siguiente episodio. Esa idea errónea de que para ser más productivo y «exitoso» tienes que hacer 1000 cosas al mismo tiempo, levantarte a las 5am y terminar a las 10pm, mientras cuidas de tus hijos y cocinas 3 veces al día.
Así que no te lo pierdas porque veremos una aproximación mucho más sana a la productividad y que te ayudará a mantener tu salud mental.
¡Nos vemos en la próxima entrega!