fbpx

Más allá del éxito personal

Andrés Nieto

20 Abril 2021

¡Hola!

El mundo de hoy nos bombardea constantemente con el ideal que deberíamos estar persiguiendo: tenemos que ser exitosos, eficientes, con dinero y si podemos, guap@s.

Es un ideal que inspira nuestras acciones y que viene, entre otros, del ideal del “self-made man”. Y los ejemplos no son pocos: desde Steve Jobs, hasta el siempre protagonista de las teorías conspiracionistas, Bill Gates.

Lo cierto es que es una idea que permea nuestra sociedad, y sobre todo en el mundo del emprendimiento y del trabajo.

Esta idea tiene raíces muy profundas en nuestra sociedad que datan de al menos dos siglos atrás. Surgió con la idea del como aspiración social y nos dice, básicamente, que una persona es responsable y dueña de su propia vida: es la única responsable de sus éxitos y fracasos.

Pero pienso que hay algo que no calza dentro del esquema.

Nos veo a nosotros (simples mortales) y veo gente que no está contenta con su trabajo, con altos niveles de estrés, o simplemente incapaces de alcanzar sus sueños.

¿Qué pasa realmente con nosotros? ¿No tenemos lo que los «exitosos» tienen?

Hay dos respuestas interesantes a estas preguntas:

La primera es una explicación sociológica. Según uno de los padres fundadores de la sociología, , las sociedades se mueven por valores e ideales (pensemos en nuestro hombre exitoso).

Pero la sociedad en su conjunto no dispone de las herramientas para cumplirlo.

Nos bombardean la cabeza con toda la propaganda sobre lo bien que se siente haberlo logrado, pero no nos dicen cómo alcanzarlo.

Y la segunda respuesta, viene en cambio desde la psicología.

Para , hay un problema en cómo afrontamos la vida y los problemas: pensamos solamente en términos individuales, en cómo alguna acción o proyecto me beneficia y cómo YO me puedo esforzar e ir más allá de mis condicionamientos para alcanzar ese objetivo tan deseado.

Hillman nos dice que es pensar de forma muy pequeña, porque, para él, no somos personas «individuales» por así decirlo, sino seres atravesados por «cosas» más grandes que uno mismo: la situación social, económica, política e ideológica de nuestro tiempo.

Por ejemplo, imagina que una madre de familia regresa de un largo día de trabajo (o teletrabajo en el 2021), cansada y con muchas cosas que hacer para mantener la casa. Tal vez se siente frustrada porque no ha podido comenzar ese Blog de nutrición del que estaba tan entusiasmada.

La primera pregunta que se hace es: ¿Por qué no puedo sentarme a escribir? ¿Por qué procrastino? Y vienen obviamente los sentimientos de culpabilidad.

Pero no se hace una pregunta más global o social ¿Por qué tengo este modo de vida tan agotador que no me deja ocuparme de mis hijos tranquila y perseguir un hobby que me gusta?

La diferencia es grande entre las dos situaciones.

Para Hillman en la primera pregunta, toda la responsabilidad recae en el individuo, pero en la segunda podemos entender que somos parte de algo más grande y darnos cuenta de que algo no está bien, el mundo hoy en día no está bien: para no irnos muy lejos, sólo pensemos en la pandemia, el colapso del sistema hospitalario en el mundo y la innacción de los gobiernos.

Pero cuando hablamos de aprendizaje y productividad, ¿Cuáles son según mi opinión esos grandes problemas globales que nos «caen» encima?

El primero es el siempre criticado sistema educativo.

Nunca nos enseñaron a aprender, a tener pensamiento crítico, a aprender motivados por un deseo interno, sino todo lo contrario.

Nos enseñaron a memorizar sin comprender, a aceptar todo lo que nos diga la autoridad y a aprender por miedo.

Y por el lado de la productividad, lo vemos en la forma en la que nos presentan a las personas exitosas.

Vemos siempre sus logros, sus hazañas, sus dólares, pero muy pocas veces nos muestran su esfuerzo y sufrimiento. Nos los presentan como dioses, pero nunca como seres humanos.

Pienso que el esfuerzo, la dedicación, y el sufrimiento siempre están ahí, eso es lo que les dió el impulso para crear y actuar.

Pero si no vemos sus errores, pensamos que tenemos que ser «perfectos» inmediatamente y eso sólo refuerza nuestra :

«Para lograrlo tengo que ser perfecto, no cometer nunca un error, saberlo todo desde el principio y, obviamente, lograrlo en tiempo récord.»

Así, nos quedamos solos e impotentes con nuestros proyectos, emprendimientos y sueños. Con una idea de la productividad y aprendizaje muy distorsionada.

No contemplamos el hecho que somos también lo que hacemos a cada instante, no solo lo que hemos sido hasta hoy.

Cada día es un buen día para comenzar/aprender/soñar/actuar, y cada día podemos reinventarnos. Cada día podemos ver el mundo que nos rodea y saber que también hacemos parte de él.

 

 

Si quieres explorar más sobre el tema te dejo algunos recursos interesantes:

Desde la neurosciencia

Antonia Damasio es un reconocido neuroscientífo que ha dedicado su investigación a la relación entre cuerpo, mente y emociones. En esta muy interesante charla nos habla sobre cómo nuestra mente crea esa consciencia del yo.

La ausencia del yo desde el budismo laico

Sam Harris es un reconocido filósofo, neuroscientífico y anfitríon del muy buen podcast . En este artículo nos cuenta sus ideas sobre el yo y su ilusión.

El budismo

Matthieu Ricard es un famoso maestro budista y en este pequeño pero muy interesante artículo nos cuenta esta idea de la ilusión del yo desde su origen, el budismo.

Gracias por leer esta edición de la Newsletter

¡Nos vemos pronto!