fbpx
APRENDER A APRENDER
Conócete a ti mismo o cómo nos hemos olvidado del consejo de Sócrates
Andrés Nieto

23 Noviembre 2018

Conocerse a sí mismo como estudiante es uno de los aspectos más importantes de la habilidad de Aprender a Aprender. Porque finalmente cuando te observas a ti mismo, aprendes a conocer tus fortalezas y debilidades y no vives con una imagen distorsionada de lo que eres.

La experiencia inconsciente en nuestra vida diaria

 

En el mundo de hoy, con tanta información a nuestro alcance y con tanta presión por actualizarnos, Aprender a Aprender es una habilidad indispensable para cualquier persona. Si descomponemos esta habilidad en sus aspectos más importantes, debemos comenzar con la observación de uno mismo porque es el punto de partida para profundizar en nuestros hábitos y costumbres.

Y la verdad es que según nos dicen ciertos estudios psicológicos (ver al final del artículo) , casi el 80% de nuestra experiencia consciente es una experiencia inconsciente, es decir que 80% del tiempo que pasamos despiertos hacemos las cosas cómo robots o como si estuviéramos dormidos. Hacemos las cosas siguiendo nuestras costumbres y hábitos, mucho más de lo que creemos.

Pero de alguna forma, sería interesante tener una cierta claridad al respecto, ¿cierto? Así podríamos saber qué hacemos cuando estudiamos, por ejemplo.

Un cuarto oscuro…

 

Pero, antes que nada, ¿por qué es importante observarse, conocerse como aprendedor? No hagamos caso del sabio consejo de Sócrates y veamos qué pasa en la vida real.

Para ser sincero con ustedes, fui un estudiante mediocre por no decir malo, casi toda la escuela y colegio…No suena como una buena experiencia, y no lo fue.

La presión de los padres, compañeros y el colegio no fueron fáciles de manejar, pero al final logré terminar sin supletorios (con las justas…).

Pero si ustedes me preguntan qué hice mal durante todos esos años, difícilmente puedo asegurarles a 100% que fue tal cosa o tal otra. La verdad es que no sé muy bien qué pasó.

Evidentemente faltó trabajo, dedicación e interés, pero prácticamente y concretamente no sabría responderles esa pregunta.

Recuerdo una sesión de estudios para mi examen final, y la verdad recuerdo haber leído mis notas del cuaderno de historia, haber abierto y ojeado el libro de texto. Me aprendí de memoria algunas fechas importantes y listo…

Es como tener esa sensación de ir a tientas en la oscuridad, tropezarte, caerte (también te levantas obviamente) pero finalmente porque está oscuro, no sabes con qué te diste, dónde te caíste y peor aún, saber por dónde estás yendo.

Esa fue mi sensación en el colegio y estoy seguro que les debe haber pasado algo parecido o al menos durante un tiempo de su escolaridad.

Lo mismo me pasó años después cuando en el trabajo me pidieron hacer un informe sobre un tema que no sabía, y otra vez estuve tratando de aprender y producir a tientas.

Y tampoco pasa solo cuando te va mal, ¡también cuando te va bien!

Estoy seguro que alguna vez que te fue bien en tu examen o en tu exposición, dices a todo el mundo que fue por tu esfuerzo y dedicación! La verdad es que te fue bien y no sabes cuál es la razón precisa,

¿pasaste más tiempo preparando tu presentación? ¿leyendo e investigando?, o esta vez, ¿preguntaste primero a los expertos y luego comenzaste a estudiar?

¿Sabes por qué te va mal (o bien) en los estudios?

 

En realidad, tratamos siempre de asegurarnos a nosotros mismos que fue por tal u otra razón y no tenemos nada real que apoye nuestras ideas.

Porque si son sólo tus ideas y no tienes cómo comprobarlas, pues…tal vez es sólo tu imaginación.

Ahora imagina que hay alguien que graba todas tus acciones cuando estudias o aprendes, alguien imparcial que no te odia, pero tampoco te adora. Y que luego de que sacaste una mala nota, puedes volver a ver y “mágicamente” te das cuenta que lo que tu pensabas (“Me saqué el aire leyendo y revisando”) no se ajusta con la realidad.

En el video ves que te pasas la mayor parte del tiempo en tu teléfono chateando por Whatsapp, posteando en Facebook o Instagram.

En ese momento puedes ir un poco más allá de tus ideas que tomabas como realidad, porque sabes lo que realmente pasa y puedes hacer algo al respeto.

 

¿Sabes qué pasa en una sesión de estudio?

 

Pero eso no es todo, porque tampoco sabemos qué pasa durante una sesión de estudios. Por lo general, cuando decimos que estudiamos para algún examen o materia, sabemos que nos sentamos en alguna mesa o escritorio e hicimos “algo”.

Bueno, ese “algo” es importante. ¿Qué estuviste haciendo durante los 30 minutos que estudiaste? ¿Leíste 5 veces la misma página hasta entender? ¿Revisaste tus apuntes? ¿Los leíste en voz alta? ¿Hiciste un ejercicio de repaso?

Tenemos esa idea preconcebida que cuando aprendemos entramos en un mundo caótico e individual, porque ¿quién se puede atrever a decirte cómo aprender?

Pero sería muy útil, por ejemplo, saber específicamente qué hiciste durante esos 30 minutos, para saber luego si te sirvió de algo leer en voz alta tus apuntes, por ejemplo. Saber es poder dice el dicho y en este caso conocerte es aprender.

 

¿Y qué tal te fue con esa técnica de estudio?

 

Imaginémonos por un momento que encontraste una técnica de estudio revolucionaria que te ayudará a tener siempre una buena nota (no falta en internet ESE video o artículo), la pones en práctica y listo.

Tal vez te va bien en tu primer examen, en el segundo, pero luego dejas de prestar atención y se vuelve todo un caos. Utilizas la técnica, pero no sabes bien qué resultados tiene, si es tan revolucionaria como dicen.

Y de nuevo…volvemos al punto de partida donde aprender es ese hoyo negro que me “gusta pero me asusta”, porque básicamente no sé qué pasa, nunca me dieron una linterna para ver qué hay dentro.

Pero si tomamos el consejo anterior, y sabemos realmente qué pasa en una sesión de estudios, sabemos cuántas veces utilizamos nuestra famosa técnica “revolucionaria”, y la comparamos sistemáticamente con los resultados que tenemos, pues podemos decir con mucha más confianza, ¡esa técnica es una $%”#$, no me sirvió!

 

Comienza hoy mismo

 

La autoobservación te puede ayudar mucho en tu andar como estudiante porque te ayuda a saber qué es lo que verdaderamente pasa en tu camino de aprendizaje.

Ponlo en práctica, luego de una sesión de estudios escribe que pasó durante esos 30 minutos, y luego compáralo con tus resultados. Poco a poco verás una diferencia.

 

¡Y recuerda, en la Newsletter te damos consejos y herramientas útiles para desarrollar esta habilidad!

 Nota: Ver por ejemplo los estudios del Dr. John Bargh y su libro Before You Know It: The Unconscious Reasons We Do What We Do.